Reflexión sobre el documental "Enganchados"
El documental “Enganchados” (o en lenguaje XAT “NganXa2”) de Documentos TV nos acerca el caso de cinco personas cuya obsesión son los nuevos medios de comunicación. Por medio de entrevistas a sus familiares, amigos de entorno y a ellos mismos, se ofrece la muestra de una obsesión y dependencia incontrolada hacia las nuevas tecnologías.
Desde las pinceladas de manifiesto Cyborg hasta los neoluditas, pasando por las corrientes más integradoras de la tecnología, el documento se construye como una reflexión hacia nuevas formas de adicción y la negligencia (en algunos casos) de su manejo constante. Se establece una analogía de
l uso de elementos comunicativos bidireccionales (Internet e interactividad, sistemas de chat, teléfonos móviles o juegos en red) con el uso de ciertas drogas capaces de privar al individuo de su condición racional y reflexiva. El perfil de los protagonistas del documental, se encuadra entre los dieciséis y los treinta años. La mayoría se ha sentido desplazado en algún momento de la vida, ya se por familiares o por amigos o novias. Por eso, todos ellos arguyen que los nuevos medios “proporcionan una vía de escape y sobre todo, una oportunidad para conocer a diferentes personas, poder incluso mentir [en los chats] y demás”. Todo esto, sin necesidad de entablar una conversación cara a cara. En todos los casos estamos también ante un problema de índole social, porque los progenitores desconocían total o parcialmente el conflicto gestado por sus propios hijos. La falta de atención, la desmotivación y el correspondiente gasto que genera todo vicio, fueron algunas de las claves para comprender la problemática y buscar soluciones pertinentes.
Desde las pinceladas de manifiesto Cyborg hasta los neoluditas, pasando por las corrientes más integradoras de la tecnología, el documento se construye como una reflexión hacia nuevas formas de adicción y la negligencia (en algunos casos) de su manejo constante. Se establece una analogía de



En pleno siglo XXI, nos encontramos ante una sociedad que posee mayores medios para la información pero, paradójicamente, está cada vez más desinformada. La sobrecarga de datos a la que está sometida parte de la población mundial y los gustos y preferencias, hacen que cada vez sea más difícil decidir qué es lo nos conviene. La sociedad digital nos permite adquirir una compresión única del espacio y del tiempo. Así pues, la portabilidad es una de las grandes virtudes e inventos de este último siglo, pero ¿estamos realmente preparados para el progreso tan alocado que se nos propone?
Desde mi punto de vista, estos casos son extremos y dispersos, pero dejarán de serlo cuando no veamos ni la luz del sol. Estamos ante los nuevos “enfermos digitales”, que probablemente llegarán a ser millones en cuestión de años. El hombre está bogando con la corriente del progreso, pero hay olas gigantescas que lo pueden arrollar. Y para ello, no podemos descartar el progreso, claro está, pero podemos mantenerlo paralelamente a nosotros, usando con precaución los nuevos y bendecidos brazos del saber.
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