18 mayo 2008

Tratado vexilológico II: El silbo


Un sorbo de palinka mientras miro el desierto. La luz se cuela horizontalmente por los ojitos de la persiana, entonces ella también me mira. En realidad, debajo de las banderas están sepultadas todas las ciudades de los países que no he visto. Gracias por los viajes ajenos. Desde Timisoara a El Aaiún, desde Bucarest a Smara, todo es posible. ¿Qué unen a estos dos países en apariencia ajenos?

Los une la musicalidad del color. Verde, rojo, amarillo, azul, blanco y negro.
¿Aún no escuchan el silbido?

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