27 mayo 2008

Tres puntos

Hablas de tres puntos... Puntos suspensivos... Suspense.

Tres puntos que pueden ser tres conos vistos desde el cielo. Tres puntos que vuelven a ser tres suspiros, que conforman la resignación, el qué se le va a hacer. También la ignorancia, la cicatriz del tiempo, ya pensaba yo... Tres puntos como tres dardos, tres puntos para enchufar radios y ordenadores, tres puntos de semáforo en ámbar y rojo, en ámbar y verde, en ámbar y luego más ámbar. Tres puntos para esquivar, no sé, no sé, como se esquiva a los niños. Ellos preguntan otra vez en la interminable razón de los porqués y siguen preguntando cuando no quedan respuestas para el porqué de todo. Los tres puntos están ahí para algo o para nada. Para algo si se necesita dejar pausas eternizantes y para nada si se pretende el sano ejercicio del silencio.

Ante la inminente hegemonía del etcétera, rescatamos a los tres puntos. Salen de un pozo, ayudados, en ejercicio de memoria, porque si se unen los tres puntos se consigue una cuerda. Luego se tira de la cuerda y otra vez esas bolas rocambolescas de número primo y enemigas de los etcéteras vuelven a respirar. Qué sería del suspense, de la sorpresa, de un pensamiento alejado o de la desidia por decir el pensamiento. Tres puntos como tres ojos, como tres filas de miles de metros de cable vistas desde el frente. Así es como siguen los tres puntos su batalla de supervivencia. Nos dan expresividad, nos quitan certeza. Pobres tres puntos, jamás se vio un aparato bélico tan inocente capaz de resistir contra la contundencia grecorromana de las luchas de los etcéteras. Déjame en paz, etcétera; compra algo de fruta como naranjas, manzanas, limones, etcétera; una cuestión muy destacada en ámbitos como el político, económico, social, etcétera; Un largo etcétera...

Ahora los tres puntos se unieron como una rémora al etcétera, cosa poco viable, porque no hay más inconclusión, alargamiento y dejadez que esa combinación. ¡Largos tres puntos, larga vida a los tres puntos! Así es como deberían concluir todas esas listas inconclusas. De resto, los tres puntos no deben desaparecer, por el bien de los suspiros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran oda a los puntos sunpensivos... Hay quien dice que lo peor viene cuando al punto final de los finales no le quedan dos puntos suspensivos... Un beso, libre enjaulado!