25 mayo 2007

La universidad, el idioma y la luz

La llegada de un estudiante Erasmus, totalmente desconocedor del país, sigue los mismos pasos del niño que empieza a caminar. O los del valiente que se adentra en espesas selvas, todo con tal de enfrentarse a lo desconocido. Desde el avión ya se ve que el país entero está poblado por árboles y entre ellos se dibujan las carreteras, muy rectas y casi vacías. El destino es Kaunas y al bajar del avión, después de un viaje entero al lado de alguien cuyo idioma es ininteligible, todo se para. El día está soleado y empiezan los carteles en el idioma de las hadas. Stomatologijos [dentista], Kavine [cafetería], Oro Oustas [aeropuerto], Ligonine [hospital] y así, como hablan los seres de otro mundo, lo es casi todo.

“Esa es la universidad”, un dedo señalaba un edificio gigantesco, de hormigón, transmisión de poder. “Este es el salón de actos”, me decía Jurgita, la coordinadora de todos los Erasmus y a la que tanto deben los que en Kaunas pasaron este periodo. Desde luego, la influencia rusa se respiraba por las calles. Y la universidad no era la excepción. Edificios dibujados desde la lógica comunista del orden, con pasillos enormes e infinidad de plantas.


“Los lituanos habían sido desde siempre secos, de estas culturas que se sientan junto al fuego y simplemente lo miran”

La Vytautas Didziojo Universitetas [Universidad Vytautas el Grande] era el centro de estudios. Se repartía en varias facultades desperdigadas por la ciudad. Una de ellas era la de Periodismo y Comunicación, en Laisves Aleja [Avenida de la Libertad]. La burocracia era estricta y el nivel de las clases se adaptaba a los medios. A veces no funcionaba el ordenador porque se habían mojado los cables... Pero eso ocurría testimonialmente. Por lo demás, se estudiaba con más silencio que en España...

Una pala quitanieves. / P.A. Vizcaino

El silencio, a veces se percibía como el propio idioma. Según el profesor Prazauskas, “los lituanos habían sido desde siempre secos, de estas culturas que se sientan junto al fuego y simplemente lo miran”. Y aunque el carácter sea seco y un tanto huraño, las raíces del lituano se encuentran en la frontera entre la India y Pakistán.

Según contaban, es el idioma más antiguo del mundo e incluso Zamenhoff, creador del esperanto, había estado viviendo en Kaunas con el fin de profundizar sus estudios. La recomendación para todo extranjero es conocer un poco la lengua. El inglés es hablado por una mayoría joven, sin embargo, el viejo de setenta años lo único que entenderá será lituano o ruso.

En agosto, amanece a las cuatro de la mañana y el sol se pone a las diez de la noche. Total: 17 horas de luz. El astro rey está bien cerca de Lituania y la adormece y calienta. “Labas rytas [buenos días], saluda con voz seca el portero de la residencia de estudiantes. Y en realidad sí hace muy buen día. Sin embargo, a medida que avanza el año, el rayo de sol se cotiza a la alza. En febrero, amanece a las ocho y anochece a las dos de la tarde. Total: cuatro horas de luz. Una luz tenue, que araña la vista y confunde el paisaje. Se sabe que es invierno porque ya los cuervos han migrado y no existe noche, sino oscuridad.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta tu blog, lo he encontrado de casualidad. Yo hice un Erasmus-Leonardo en Vilnius, estuve de prácticas de empresa en los estudios de cine, y vaya recuerdos. Si tienes oportunidad te recomiendo que visites Nida, nosotros alquilamos una casita de madera justo delante del mar que era preciosa, y todo pagado por la Unión Europea! Un sueño, que recuerdos.. Disfruta del verde i del aire puro, a mi me enamoró y lo añoro muchisimo.
Aida